miércoles, 25 de noviembre de 2009

Temida Sombra



Salió tarde del trabajo, se despidió de sus compañeros, alegre, contenta, la noche estaba fría, caminaba por la calle despacio, sin prisas, recordando la broma del último proveedor, le había sugerido que por cada vajilla que vendiera, regalara un botella de cava, eran fechas especiales, para estar en la mejor de las compañías, y delante de la mesa con una buena vajilla.

Aún se reía sola…

Sus pasos resonaban en la acera, el aparcamiento estaba cerca ya, se subió el cuello de su gabardina, de su hombro, colgaba un bolso, puso la mano en él y rebusco las llaves del coche; justo delante de la puerta para abrirla, noto unas manos fuertes que la agarraban por la espalda, sé quedo en silencio…….sintió miedo, pensó, ¡dios que no sea él!

Su “miedo” seguía sujetándola por la espalda, cada vez más fuerte, un brazo alrededor del cuello, ella sintió que no podía respirar, dejó de apretarle, la volvió hacia él y vio su mirada, asustada, tosiendo por la falta de aire, ella lo miró con desprecio e intento gritar, no tuvo tiempo, le puso una mano en la boca, sus palabras quedaron mudas en su garganta.

Estaba sola, nadie le ayudaría, este la tocaba, descendió su mano debajo de su falda, ella intento evadirlo, fue imposible; palabras malsonantes le susurro al oído, sintió su húmeda lengua recorriendo su cara, asco, repugnancia, intento librarse de su agresor, fue inútil.

Le arrebató las llaves de las manos, la forzó a entrar en el coche, ella se resistió, le pego un puñetazo en la cara, la sangre empezó a salir a borbotones por su nariz, de sus labios también, al final sentada junto a él.

Arrancó el coche, las puertas se cerraron automáticas, quedó atrapada junto a su “miedo”. Mientras conducía por las calles, ella recordó, los malos momentos que había pasado cuando se dieron el si quiero, en el altar; golpes, insultos, humillaciones, diez largos años de rabia e impotencia.

Cuando todo pensó que había terminado, ahí estaba de nuevo, después de dos años separada, su “miedo” volvía a pasar por su vida; un frenazo hizo que volviera a su presente se tocó la cara, le dolía el ojo, se sintió tan mal que de su garganta solo salieron estas palabras ¿porqué Esteban ?, ¿Porqué?

- “Te quiero Lucía, esos largos años sólo he pensando en este momento, en volver a estar juntos, con nuestro hijo, seremos de nuevo una familia, he cambiado, por ti y por el pequeño”.

Las lágrimas aparecieron en el rostro de Lucía, sabía que irían a su casa, donde estaba su hijo, con su amiga Pilar, ella lo cuidaba cuando ella trabajaba.

Llegaron a la puerta de su casa, la saco arrastras del coche, insultándola le quitó el bolso y busco las llaves, abrió la puerta, dentro se escuchaban risas de un niño feliz, al escuchar la puerta salió un niño de seis años corriendo con los bracitos abiertos gritando ¡mami, mami!, Lucía entró empujada por su “miedo”.

Abrazó a su hijo, mientras dos lágrimas afloraban en sus ojos. ¿Que te ha pasado mami, te has hecho pupa? Ven, mami Pilar te curará…
Esteban dio un empujón y esta cayó al suelo, cogió a su hijo en brazos y le dijo ¿No le das un beso a papá? El niño quedo mudo, lloraba, él lo abrazo con fuerza y lo besó, sollozando llamaba a su mamá……Pilar mientras tanto había llamado a la policía, en segundos alguien llamaba a la puerta, golpeándola ¡Abran la puerta, abran, a la policía!

Dentro se escuchaban gritos, llantos de niño, Esteban cogió un cuchillo de la cocina y con él amenazó a Lucía en el cuello……..La puerta se abrió de pronto cuatro policías entraron violentamente, armados, ¡Suelte el arma, ahora mismo! Lucía con la cara ensangrentada lloraba, su hijo le gritaba ¡deja a mi mamá, déjala!, dejó caer el cuchillo, los policías lo agarraron y lo pusieron contra la pared, él insultaba a ella, ¡no te escaparas la próxima vez, serás mía, y sino te mataré! ¡Yo te quiero Lucía, te quiero, cambiaré seremos una familia, perdóname, no volverá a pasar!

Hoy después de tres años de aquel suceso, y aún sabiendo que está en la cárcel, por quince años de prisión por intento de homicidio, sigo con el “miedo”, porque seguirá persiguiéndome.



Pepi Maeses Hidalgo

“25 de Noviembre;
No a la Violencia de Genero

jueves, 19 de noviembre de 2009

Apacible Silencio



Ante un espeso bosque
Caminos y sedas herbosas
Verdes y exuberantes,
El olor a pino impregnaba
El aire fresco y límpido,
Hacia el valle.

Un paraíso de orquídeas
Y flores hermosas, bailando
Entre la arboleda…

Un momento mágico…
Tierra de fantasía…….


PM

miércoles, 18 de noviembre de 2009

Errantes



Comparecen ante ti las almas inquieta

almas que penden entre los dos,


Océanos de ti

aguas derramadas

de sol, de luna y de miel,

impregnados de amor salado


Mis sentimientos se entrelazan

con los tuyos buscando emociones...


Lagos de besos,ternura y deseo.......

P.M y A.G

martes, 3 de noviembre de 2009

Inquietud



Neblina mañanera
En un horizonte otoñal…
Sentada en el jardín entre jazmines,
Margaritas y jara, admira la belleza;
Su pensamiento vuela,
Secretos guardados en su alma.

Entre sueños y realidad
Sus ojos se llenaron de lagrimas…
Sueños sin forma flotan en las heridas
Secas.

El tiempo y la distancia
Evocan recuerdos pasados
Sus ojos azules teñidos de tristeza…

Un velo de silencio engrandece su alma,
Callándome mis palabras ,
Nudos en la garganta.

En el fondo del alma
Una herida que no cicatriza,
Un profundo resentimiento…
Miedo a lo desconocido.

P.M

lunes, 2 de noviembre de 2009

MIS RECUERDOS


Cuando apenas contaba diez años,
recuerdo que mi madre me llevo por
primera vez al cementerio, era el día
de Todos los Santos, mis hermanos mayores
y yo la pequeña por aquellos entonces.

Ante mí, una impresionante reja negra
muy grande, abierta de par en par, mi
madre me cojió de la mano; ¡ No te
separes de mí, me dijo ! Yo apreté, aún
más mi pequeña mano a la suya.

Recuerdo, la gente, que iban y venían
cargadas de flores, grandes ramos en
los brazos, yo con mi mano a la de mi
madre, andabamos por las calles del
cementerio, era como si fuese un pueblo,
calles, lápidas en las paredes, en el suelo,
farolas, un pueblo silencioso, cipreses altos
rodeaban el lugar.....

Recuerdo aquel olor a flores, rosas, claveles,
azahar, jazmines, tulipanes , el olor a velas que
iluminaban con una tenue luz dentro de unos farolillos
al lado de cada lápida.

Por fin llegamos a nuestro destino, la lápida
de mi abuela materna, en la tierra, fria
con sus flores, con sus farolillos y silenciosa
allí descanzaba mi abuela, dos lágrimas
cayeron de mis ojos......

Recuerdo cuando me cojía mi abuela
en brazos y me cantaba para dormirmé,
y ahora era ella la que dormía para
la eternidad, que es solo lo que
sigue y comunica con lo terreno...

Recuerdo que cuando salí de aquel
lugar extraño, le pedí a mi madre
que me llevará cada año, cada uno
de noviembre.

Y ahora en el presente soy yo quién
llevo a mi madre cojida del brazo,
al pueblo santo, pueblo silencioso,
pueblo donde se vive para la
eternidad, el pueblo de los nombres
letras del amor, con olor a flores.

P.D. Recuerdo a mi abuela. Abuela
ahora soy yo quien canta a mis hijas
para dormirlas, algún día yo también
dormiré para la eternidad.


P.M